Docentes: Elisa MárqueZ y
Veronica Ballester
Alumna marina Luporini
año 2018
6ºA EES Nº8 Jose manuel estrada
Las Cuerdas de la Narración
Muchos
alguna vez nos hemos preguntado si una decisión que tomamos fue la correcta o,
incluso aceptando los resultados de nuestras acciones, nos ha generado
curiosidad la idea de qué habría pasado si hubiéramos elegido algo diferente.
Pero,
y si, en realidad, ¿ya
hemos tomado esa decisión también?
La
llamada teoría de cuerdas plantea esta posibilidad. Existirían partículas
incluso más pequeñas que los quarks que componen a la materia nuclear, las
cuales tendrían forma de cuerda.
Es
un concepto que puede sonar sencillo, pero si tomamos en cuenta la diferencia en
el movimiento que tiene una cuerda y el que tiene, por ejemplo, un punto, estas
partículas serían capaces de oscilar, y las características de esta vibración
darían lugar a diferentes percepciones de las mismas. Todo el universo estaría
formado por cuerdas que varían en su movimiento y oscilación.
Esta
teoría ha sido planteada en numerosas historias de ciencia ficción de forma
directa, existiendo en estos universos ficticios personajes capaces de “viajar”
entre dimensiones, o conceptos como el de dos realidades paralelas colapsando
en un evento catastrófico. No obstante, el planteamiento no siempre funciona
como un pilar en el desarrollo del argumento, e incluso podría decirse que a
veces no es intencional por parte de los autores.
Es
esta utilización particular de la teoría de cuerdas como parte de la narración
en lo que este ensayo se centrará. Para este fin, la información se presentará
dividida en cuatro partes:
·
En la primera se
realizará una explicación superficial del concepto de física cuántica, seguida
de una detallada sobre el origen de la teoría de cuerdas.
·
En la segunda se asociará
la teoría de cuerdas con la existencia de dimensiones paralelas.
·
Una vez clarificado el
concepto de “teoría de cuerdas”, tendrá lugar la tercera parte, que contendrá
el desarrollo principal del ensayo, relacionando la teoría de cuerdas con la
narración y la ficción en general.
·
La cuarta explicará
cuál es la situación de la teoría de cuerdas en la actualidad.
Todo
con el fin de demostrar que las posibilidades ofrecidas por esta teoría son
infinitas, siendo esto precisamente lo que la hace inevitablemente atractiva
para muchos científicos y que implementarla en la ficción enriquezca el
universo creado por el autor.
Parte I: El
origen, una idea.
La
llamada “teoría de cuerdas” tiene su origen en la física cuántica.
La
física cuántica (a veces referida como “mecánica cuántica”) es la rama de la
física que estudia el comportamiento de la materia, describiendo y explicando
las propiedades de las moléculas y átomos, así como de las partículas que los
constituyen y la forma en que éstas interactúan. Ésta existe con cuatro fuerzas
fundamentales: la gravedad (clarificada por Albert Einstein mediante la Teoría
de la Relatividad), la fuerza electromagnética, la fuerza nuclear débil, y la
fuerza nuclear fuerte.
Durante
años, los científicos han buscado una teoría que fuera capaz de unificar las cuatro
fuerzas mencionadas: una “teoría del todo”. Uno de éstos, el científico alemán
Theodor Kaluza, propuso en 1919 la hipótesis de que podían existir más de tres
dimensiones en el universo.
Kaluza
obtuvo su inspiración del trabajo de Albert Einstein, quien a comienzos de ese
mismo siglo había descrito a la gravedad como un conjunto de deformaciones en
el espacio-tiempo. Intentó, entonces, hacer lo mismo con la fuerza
electromagnética, es decir, explicarla como curvas.
Llegó
a la conclusión de que, para describir esta fuerza, sería necesario que
existiera una dimensión espacial además de las tres que ya se conocían. No
obstante, no consiguió determinar dónde se encontraría esta dimensión extra, y
su hipótesis no hizo más que generar incógnitas hasta 1926, cuando un físico
sueco de nombre Oscar Klein sugirió la existencia de dos tipos diferentes de
dimensiones.
Según
Klein, además de las tres dimensiones “grandes” y visibles, existirían otras
que compartirían entre sí las características de ser imperceptibles y estar
enrolladas sobre sí mismas. Pero esta idea no podía ser aplicada a la realidad
con los conocimientos de la época, así que la hipótesis de Kaluza volvió a caer
en el olvido durante la década de los 40’ junto con la propia búsqueda de una
teoría del todo.
En
1960, el trabajo de diferentes científicos (Veneziano, Nambu, Nielsen y
Susskind) indicaba que ciertas partículas compuestas por quarks (estos son
también los componentes de los protones y electrones) se comportaban como si se tratara de cuerdas
vibrantes, y hacia 1974, Joel Sherck y John Henry Schwarz demostraron que esta
vibración produce un gravitón, que es la partícula que según la teoría de
Einstein sería responsable de la atracción de los cuerpos con masa.
Este
conjunto de información no fue unificado como “teoría de cuerdas” sino hasta
1980, pero la misma siguió siendo cuestionada hasta 1995, cuando su
interpretación cambió en la llamada “revolución de cuerdas” y recibió el nombre
temporal de “teoría de supercuerdas” (“superstrings” en inglés), aunque se
volvió al nombre original por motivos de comodidad. La teoría plantea la
existencia de un total de diez dimensiones para explicar la composición de los
quarks, que según esta teoría contendrían un filamento o cuerda en un estado de
vibración en su interior. Las dimensiones “extra” determinarían el movimiento
de estas cuerdas, que a su vez determinaría las diferentes partículas.
Evidentemente,
el trayecto desde la idea de dimensiones extra hasta la definición de ésta como
una teoría capaz de unificar las diferentes fuerzas fundamentales ha sido uno
largo y con no pocos detractores. Incluso en la actualidad, la teoría sigue
siendo motivo de polémica para los físicos, pues es todavía una posibilidad a
pesar de que sigue sin ser comprobada.
Parte II: Cuerdas
en una caja.
Lo
que revolucionó la teoría de cuerdas fue la aplicación de la dualidad a la
misma, es decir, la perspectiva. Dos fenómenos que parecen diferentes entre sí
puedan conformar un tercer fenómeno dependiendo de la perspectiva con la que se
los mire.
Este
concepto ya había sido aplicado a las partículas durante el siglo XVIII, y en
la teoría de cuerdas funcionó como una unificación de las diferentes teorías
que existían como variantes de la misma, o diferentes “puntos de vista” en lo
que respecta a la interpretación de un mismo fenómeno.
Irónicamente,
la idea de una dualidad puede relacionarse también con una de las
representaciones más comunes de la teoría de cuerdas, es decir, con la
existencia de dimensiones paralelas.
Para
explicarlo, el mejor ejemplo probablemente sea uno de los más conocidos: la
famosa paradoja de Schrödinger.
Este
experimento hipotético planteado originalmente por el físico austríaco Erwin Schrödinger
consiste de un gato encerrado en una caja cerrada (de manera que no pueda verse
lo que hay en su interior desde fuera) en la que hay una vasija con un gas
venenoso junto a un martillo que podría romperla acoplado a un contador, además
de un dispositivo que funciona como
fuente de átomos radioactivos con 50% de probabilidad de desintegrase. Si esto
último llegara a suceder, el contador dispararía el martillo, rompiendo la
vasija y matando al gato en el proceso.
A
partir de esto, se nos plantea una pregunta: ¿el
gato está vivo, o muerto?
Teniendo
en cuenta que ambas situaciones posibles poseen exactamente las mismas
probabilidades de tener lugar en la realidad (50%), se dice que existe una
“superposición” de las dos. Simplificadamente, hasta el momento en que alguien
abriera la caja y perturbara ese estado de superposición, el gato estaría “vivo
y muerto al mismo tiempo”.
La
física cuántica e incluso la filosofía han interpretado la conclusión del
experimento de diferentes maneras. Una de estas interpretaciones, formulada por
el físico estadounidense Hugh Everett, es llamada “interpretación de los
muchos-mundos” (“The many-worlds interpretation”), y lo que plantea es,
precisamente, una dualidad de perspectivas: el gato está vivo y muerto al mismo
tiempo, pero en diferentes ramas del universo (dimensiones) que no pueden
interactuar entre sí, pues se trata de dos posibilidades contradictorias.
Cabe
mencionar que fue Hugh Everett fue el primero en formular esta interpretación,
en 1957. El mismo afirmaba que “La interpretación de los muchos-mundos es la
única propuesta capaz de explicar tanto los contenidos de la mecánica cuántica
como la apariencia del mundo de forma completamente coherente”.
La
interpretación de los muchos-mundos se relaciona directamente con la teoría de
cuerdas, ya que indica una multitud de probabilidades casi infinita, ya no
hablando sólo del caso particular del gato de Schrödinger, sino con cualquier
tipo de situación en las que existan diferentes posibilidades que tengan la
capacidad de manifestarse como realidades.
Estas
posibilidades existirían gracias a las diferentes vibraciones u oscilaciones de
las cuerdas que componen la materia, que podrían realizar combinaciones y
variaciones de su “ritmo” igual de incalculables.
La
teoría de cuerdas también puede relacionarse con otra paradoja: la “paradoja de
información” formulada por Stephen Hawking en 1974. Ésta sugiere que la
información puede desaparecer en los agujeros negros, contrariando al principio
de “la materia no se crea ni se destruye, se transforma”, pero, ¿qué es
exactamente lo que sucede con esta información?
Según
la teoría mencionada, estos agujeros negros, por su definición, “lugares donde
la gravedad es tan intensa que la velocidad para escapar de ella es mayor que
la velocidad de la luz”, podrían funcionar para comunicar dimensiones
diferentes. La información desaparecida en el interior del agujero negro no
estaría “perdida”, sino que se encontraría en una fracción del universo
totalmente diferente.
Éste
es otro de los motivos por los que la teoría de cuerdas se encuentra todavía en
consideración. De ser comprobada, sería capaz de explicar fenómenos que la
física aún no ha logrado descifrar. Incluso podríamos decir que sería capaz de
explicar el universo en su totalidad, al relacionar las cuatro fuerzas
fundamentales y unificar la relatividad y la mecánica cuántica de forma
definitiva.
Ahora
que la teoría ha sido explicada y se han planteado las bases para la existencia
de “otras dimensiones” como un concepto, se procederá a desarrollarla como un
elemento narrativo, particularmente en la literatura, pero sin limitarse
exclusivamente a este medio.
Parte III: Dimensiones
de posibilidades.
Se
define al término “spin-off” (“escindir”) como: “subproducto o resultado
incidental de un proyecto mayor”. Se utiliza principalmente en el ámbito de
negocios, pero en los últimos años y, particularmente, con el desarrollo de la
tecnología, ha visto su significado vulgarizado y aplicado en otras áreas.
Entre
estas áreas, se destaca particularmente la de la ficción, que puede ir desde
películas, pasando por novelas u otros textos literarios e incluso los
videojuegos.
¿Qué es, entonces, un spin-off?
En
el ámbito en el que nos centraremos, se considera spin-off a toda historia que
tenga relación con una “historia principal” sin ser especialmente relevante
para el desarrollo del hilo argumental de la misma. Casi como si se tratara de
una ficción totalmente diferente, pero (aunque no siempre es el caso), siendo
todavía limitada por las bases planteadas en el relato o serie de relatos a los
que está ligada.
Es,
no obstante, una denominación bastante ambigua o incluso heterogénea, ya que
puede abarcar tanto la misma epopeya pero enfocada en las acciones de un
personaje que tiene una función más bien secundaria en la obra principal (en
cuyo caso, la considerada “obra principal” sería la primera en ser publicada);
como relatos que podrían funcionar como secuelas, pero su veracidad dentro de
la línea temporal es parcialmente negada debido a que el autor de éstos y el de
la obra original no son los mismos; e incluso historias que presentan a los
mismos personajes pero tienen lugar en dimensiones totalmente diferentes, lo
cual puede ser directamente mencionado como un “giro argumental” o ser
meramente una insinuación que el espectador entiende como única explicación a
esta contradicción.
Ahora bien, aunque pocos autores se han
atrevido a hacer la teoría de universos múltiples resultante de la teoría de
cuerdas el eje central de su obra, muchos la han mencionado de forma indirecta
como la causante del nudo de ésta.
Stephen
King, por ejemplo, en su conjunto de historias cortas titulado “La Niebla”
(1981), presenta una narración (la misma que da nombre a la colección), cuyo
principal conflicto es posiblemente un resultado de un “choque” o superposición
de diferentes dimensiones.
Claro
está, “La Niebla” es una novela corta cuyo principal atractivo es el terror
psicológico, así que no explica con demasiado detalle su argumento y tiene un
final bastante insatisfactorio, pero todavía existen menciones destacables
dentro de la misma.
En
su historia, de forma muy resumida, un grupo de personas termina encerrada en
un lugar porque afuera hay una niebla densa que impide ver incluso la luz del
sol, y dentro de ella hay criaturas peligrosas de apariencia totalmente
diferente a cualquier cosa que habite nuestro mundo.
Unas
palabras clave para entender el argumento de esta obra probablemente sean
“Proyecto Punta de Flecha”, pues aunque la historia no hace hincapié en ellas,
se insinúa de forma bastante perceptible que este proyecto (conocido sólo de
nombre por la mayoría de habitantes) se trata de un “experimento” que no fue
como era esperado, resultando en la apertura de algo “que no debería haber sido
abierto” y el consecuente ingreso de las criatura del otro lado de esa apertura
a nuestra dimensión. Efectivamente, se habla de un portal dimensional que ha
sido abierto por accidente y que trae consecuencias desastrosas para “nuestra”
dimensión, al forzar a los personajes a enfrentarse a situaciones para las que
no están preparados por la simple razón de que no deberían tener lugar en su
dimensión.
Éste
sería un ejemplo de la implementación de
la teoría de cuerdas de forma directa en la narración como parte vital del
argumento, pero no es la única forma en la que esto puede realizarse.
Volviendo
a los ya mencionados spin-off, éstos pueden actuar como una aplicación
“indirecta” de la teoría de cuerdas en la narración. Indirecta porque la
aplicación no siempre tiene lugar dentro de la propia historia o está
implementada como una ley fundamental para el funcionamiento del universo
ficticio planteado por el autor, sino que es lo que relaciona ambas obras y
permite que las dos existan al mismo tiempo sin ser tachadas de incongruencias
narrativas.
Con
esto último me refiero a casos pocos comunes, mas no inexistentes, en los
cuales el autor se ve forzado a remover una de sus creaciones de la línea
temporal de una serie de obras posteriormente a haberla concluido, debido a que
presenta hechos que se contradicen con uno o varios de los más importantes del
hilo argumental conformado por sus otras creaciones.
Esto
puede darse también cuando una de las obras se considera de calidad “inferior”
al resto de trabajos del autor y se teme que la imagen de la serie se vea
dañada, así que ésta es degradada de parte de la historia principal a spin-off
incluso si las incongruencias que presenta son leves o inexistentes, algo
relativamente común en la industria de los videojuegos, donde sagas con decenas
de entradas que no necesariamente se relacionan entre sí plantean otra de ellas
como “spin-off” a pesar de no presentar características diferentes al resto por
una cuestión de imagen. La saga Tales of, por ejemplo, hizo esto con uno de sus
títulos: “Tales of the Tempest” (2006), que por problemas en la organización
del proyecto fue publicado incompleto en todos los aspectos posibles (nada más
hay que mencionar su duración: 8 horas de historia, comparada a las más de 50
horas que el resto de títulos de la saga posee).
De
esta forma, para aplicar la teoría de cuerdas a la ficción no es completamente necesario conocer o entender la
teoría en cuestión. Por defecto se considera a un spin-off una “historia
alternativa” y se le permite tener todas las incongruencias con la historia
principal que el autor decida, porque, como su nombre lo indica, está separada
de la misma. Salvo en casos particulares como que la propia historia se
comporte de manera consciente del hecho de formar parte de una dimensión
diferente, los relatos de esta naturaleza generalmente no tienen un peso o
importancia en la serie de la que derivan y, aunque muchas veces recomendables,
son totalmente opcionales si lo que se pretende es entender el hilo argumental
original. No obstante, el caso contrario es muy raro, pues dado que suelen
contener referencias a éste, lo habitual es que sea necesario estar
familiarizado con la serie principal para poder entender el spin-off en su
totalidad.
Existen
series que basan la mayoría de su existencia como tales en ser un conjunto de
varios spin-off, razón por la cual llamarlas “sagas” sería inexacto, puesto que
la mayoría de sus entradas no se relacionan directamente entre sí y, en algunos
casos, incluso reconocen formar parte de un universo dividido en dimensiones
resultantes de cambios mínimos o relevantes en la historia de una obra que, por
ser la primera en publicarse, es considerada la original incluso si no es la
más popular dentro de su serie.
Cabe
mencionar que el hecho de que la de la primera entrada sea considerada la línea
temporal principal se debe a que ésta es la que plantea las bases que suelen
seguir los distintos episodios posteriores a ésta. En algunos casos, a medida
que la serie consigue más y más de estos spin-off, decide saltearse
explicaciones de conceptos inherentes al universo del que forma parte y los
diferentes episodios proceden a contar sus historias sin estas explicaciones,
asumiendo que el espectador ya está familiarizado con ellas. Éste es otro de
los motivos por los que es recomendable conocer la serie principal antes de
considerar aventurarse en las historias de dimensiones diferentes que parten de
ésta.
Las
series que deciden conformarse de esta forma generalmente terminan siendo
confusas para aquellos que no están familiarizados con ellas. Una serie que
está presenta en una variedad considerable de medios (entre los que se incluyen
videojuegos, comics, novelas, películas y series de televisión), llamada
generalmente “Fate”, tiene su origen en una novela visual (subgénero de
videojuego japonés) publicada en 2004 con el título de “Fate/Stay Night”. Desde
su publicación hasta la actualidad, la historia ha contado con multitud de
spin-off que en la propia serie son conscientes de formar parte de un mismo
universo y se presentan a sí mismos como resultados de decisiones diferentes,
muchos de ellos escritos por diferentes autores, pero la mayoría planteando la
misma temática como el eje de sus historias: una guerra por un objeto capaz de
cumplir cualquier deseo.
Uno
de sus spin-off más famosos en la actualidad es un videojuego para teléfonos
celulares de nombre “Fate/Grand Order”, el cual está lleno de referencias a
todas y cada una de las entradas que conforman la serie, presentando una
variedad de personajes que llega a un par de centenas (algunos originales de
este juego, otros ya presentes en entregas anteriores de la serie). Esto,
sumado a su extensa variedad de títulos con relaciones muchas veces mínimas
pero no inexistentes entre sí y al hecho de que las entregas más recientes
buscan como audiencia a espectadores ya familiarizados con la serie, hacen que
la serie Fate parezca inentendible (o incluso inaccesible) para la mayoría de
personas externas a ella.
Cabe
mencionar que la serie Fate es, a su vez, parte de un universo ficticio
conocido como “Nasuverso” (El nombre viene de Kinoko Nasu, el autor de los
títulos principales de esta franquicia), que reconoce a cada una de sus
entregas como oficial y las relaciona, a pesar de que algunas de ellas no
puedan tener lugar en la misma línea temporal. Se considera, entonces, que se
trata de dimensiones paralelas entre sí, y la narración aprovecha este concepto
para enriquecer el universo ficticio creado por el autor mediante la adición de
nuevas entregas.
Lo
que permite la existencia de estos conjuntos de historias que no son la misma,
y sin embargo se relacionan entre sí, es la existencia de decisiones.
Una
historia principal y su spin-off tendrían un punto en común, como podría ser
una decisión que se le plantea a un personaje, y cada uno de los dos
desarrollaría el futuro resultante de una de estas opciones. Las decisiones, al
igual que el movimiento de las cuerdas, presentan variables, y es debido a esto
que distintas dimensiones son posibles con probabilidades diferentes. Las
diferentes dimensiones presentarán características que se contradicen entre sí,
porque no se puede retroceder al punto en que tomamos la decisión para elegir
una opción diferente, pero los resultados de dos opciones diferentes permanecen
como “posibilidades” hasta el momento en que se convierten en realidades.
La
teoría de cuerdas descarta la idea de que rechacemos una posible realidad para
aceptar otra, y en cambio plantea que ambas realidades existen al mismo tiempo
y ambas opciones son elegidas, pero no pueden interactuar entre sí ni pueden
ser nunca una sola porque de hacerlo la realidad como la conocemos estaría
llena de contradicciones. “Incongruencias” tales como las que se dan a veces en
la narración, pero que, de tener lugar en nuestra vida cotidiana, significarían
ver al mismo gato vivo y muerto al mismo tiempo.
Parte VI: El
futuro de las cuerdas.
Como
se ha mencionado a lo largo de este ensayo, la teoría de cuerdas tiene la
posibilidad de convertirse en la “teoría del todo”, cosa que afirman sus
adeptos. No obstante, y a pesar de ser una de las teorías de las que más se
habla en la actualidad, presenta un problema que la impide concluirse como tal:
aun a día de hoy, habiendo pasado casi un siglo desde la propuesta de Kaluza,
nadie ha podido comprobarla.
Todas
las ciencias se rigen por el método científico, según el cual, previamente a
presentarse una teoría científica, ésta debe haber pasado por las etapas de
observar el fenómeno, explicar como éste se presenta en la realidad, plantear
una hipótesis a partir de las observaciones realizadas y demostrarla (o
refutarla).
Aceptar
la teoría de cuerdas como una teoría del todo, indicando que ésta es una ley
fundamental, en la actualidad contradeciría al método científico, y por esto
mismo permanece como una mera teoría de la forma que adoptan ciertas partículas
que todavía no somos capaces de percibir.
La
teoría de cuerdas no ha sido refutada, pero pensar que ese solo hecho sirve
como una demostración sería anticientífico, es por esto que los físicos adeptos
a ella siguen intentando comprobarla mediante la práctica. El inconveniente es
que hasta el día en que sea encontrado algo capaz de demostrarla o de
contradecirla, seguirá siendo solamente una posibilidad.
A
esto se le suma el hecho de que la teoría siempre ha sido objeto de polémica,
desde sus inicios contó con no pocos detractores, muchos de los cuales siguen
considerándola incomprobable y no van a cambiar su punto de vista hasta ver una
prueba factible de la misma.
Algunos
teóricos jóvenes hablan de unirla con la teoría cuántica de bucles (que,
superficialmente explicada, plantea que el espacio-tiempo es una red), a pesar
de que éstas dos teorías se han considerado incompatibles por años, al punto de
tener conferencias diferentes. Esto sería mediante la paradoja de información, dado
que la teoría de cuerdas ha sido recientemente considerada como una posible
solución a esta paradoja, que la teoría de bucles ha intentado explicar desde
sus inicios.
Es
una asociación que ha sido negada durante años debido al conflicto entre
aquellos que adhieren a la teoría de bucles y los simpatizantes de la teoría de
cuerdas, pero las nuevas generaciones de científicos podrían hacer el estudio
de ambas como similares posible.
No
obstante, esta relación entre ambas es muy reciente y también podría complicar
incluso más la teoría de cuerdas, ya que uno de los argumentos de los
científicos que no adhieren a la misma es, precisamente, que abarca demasiado
(recordemos que la teoría de cuerdas actual es el resultado de la unión de
diferentes teorías relacionadas que tuvo lugar durante la revolución de
cuerdas) y esto es contraproducente para una teoría, ya que hace que sea
posible interpretarla de forma conveniente para explicar cualquier fenómeno, lo
cual le restaría credibilidad.
Del
mismo modo en que las posibilidades de la oscilación de las cuerdas las haría
capaces de formar la estructura de cualquier elemento, el futuro de la teoría
de cuerdas también presenta muchas posibilidades.
¿Será
alguien capaz de comprobarla y será finalmente reconocida como la teoría del
todo? ¿Será refutada y perderá adeptos hasta ser considerada completamente
inverosímil? ¿Servirá como base para otra teoría más prometedora?
A
partir de la situación actual, podemos determinar que la incertidumbre no se
resolverá hasta dentro de bastante tiempo, pero algún día llegará a su
conclusión. ¿La realidad que nos tocará ver será una donde la teoría de cuerdas
es comprobada?
Conclusiones:
La teoría de cuerdas empieza como una idea
ambiciosa. Incluso antes de conformarse como una teoría, vio sus orígenes en
una hipótesis que no recibió muy buenas críticas, y cuyo objetivo era algo de
tanta magnitud como unir las fuerzas fundamentales en una sola teoría.
Muchos científicos a lo largo de la historia
han hecho aportes que sirvieron para darle más fundamento y, para bien o para
mal, complejizarla. De una idea que, aunque inverosímil, sonaba sencilla, pudo
ser desarrollada una teoría que sin haber sido comprobada sigue teniendo
adeptos y simpatizantes a día de hoy, mientras se busca poder finalmente
demostrarla para poder unir la física cuántica y la relatividad general.
A pesar de que la polémica que se genera en
torno a ella hace que sea muy comentada en los ámbitos científicos, pocas
personas ajenas a éstos saben de ella, razón por la cual la teoría de universos
múltiples que deriva de ella no es tan utilizada en la ficción como podrían
ser, por ejemplo, los viajes en el tiempo.
De cierta forma, podríamos decir que está
presente en nuestro subconsciente, o al menos, es reconocida como la forma más
efectiva de unir dos contradicciones, lo cual es visto particularmente en la
existencia de derivados y piezas de ficción relacionadas sin necesariamente
presentar la misma historia, porque incluso aunque la imaginación sea
ilimitada, la ficción, para tener sentido, debe presentar reglas.
La teoría de cuerdas, con sus posibilidades, sería
particularmente llamativa para cualquier autor que se interese por la relación
entre sus obras. Como se ha detallado en el desarrollo del ensayo, su
implementación como elemento narrativo da lugar a universos ficticios complejos
y casi ilimitados, por lo cual es hasta sorprendente que no sea tan conocida en
el ámbito literario.
Lo que
este ensayo pretende concluir es que la teoría de cuerdas podría relacionarse a
la literatura y enriquecerla, dándole al autor más libertad y permitiéndole
explorar y desarrollar su universo ficticio sin necesidad de extender la
historia principal hasta volverla repetitiva. Ya se ha comprobado mediante la
práctica que la ciencia y la ficción no son incompatibles entre sí, por lo cual
explicar conceptos científicos que puedan relacionarse a la literatura al
enseñarla no es contradictorio.
Incluso si en un futuro es refutada, el
concepto de la teoría de cuerdas debería ser implementado a la literatura.
Bibliografía:
Referencias web:
-Centro de Investigaciones de Astronomía
"Francisco J. Duarte"
Visto por última vez: 2/11
-Complex Systems Department
Visto por última vez: 30/10
-Cultura Científica
Visto por última vez: 2/11
-Instituto de Ciencias Naturales UNAM
Visto por última vez: 4/10
-Mit Kalvi Institute
Visto por última vez: 1/11
Videos:
Nombre: La Teoría de Cuerdas explicada -
¿Cuál es la verdadera naturaleza de la realidad?
Visto por última vez: 1/11
-
Nombre: Making Sense of String Theory
Visto por última vez: 1/11
-
Nombre: ¿Qué es la teoría de cuerdas?-
CuriosaMente 107
Visto por última vez: 1/11