miércoles, 28 de noviembre de 2018

Las Cuerdas de la Narración

Las Cuerdas de la Narración

Docentes: Elisa MárqueZ y Veronica Ballester
Alumna marina Luporini 

año 2018

6ºA EES Nº8 Jose manuel estrada 


Las Cuerdas de la Narración
Muchos alguna vez nos hemos preguntado si una decisión que tomamos fue la correcta o, incluso aceptando los resultados de nuestras acciones, nos ha generado curiosidad la idea de qué habría pasado si hubiéramos elegido algo diferente.
Pero, y si, en realidad, ¿ya hemos tomado esa decisión también?
La llamada teoría de cuerdas plantea esta posibilidad. Existirían partículas incluso más pequeñas que los quarks que componen a la materia nuclear, las cuales tendrían forma de cuerda.
Es un concepto que puede sonar sencillo, pero si tomamos en cuenta la diferencia en el movimiento que tiene una cuerda y el que tiene, por ejemplo, un punto, estas partículas serían capaces de oscilar, y las características de esta vibración darían lugar a diferentes percepciones de las mismas. Todo el universo estaría formado por cuerdas que varían en su movimiento y oscilación.
Esta teoría ha sido planteada en numerosas historias de ciencia ficción de forma directa, existiendo en estos universos ficticios personajes capaces de “viajar” entre dimensiones, o conceptos como el de dos realidades paralelas colapsando en un evento catastrófico. No obstante, el planteamiento no siempre funciona como un pilar en el desarrollo del argumento, e incluso podría decirse que a veces no es intencional por parte de los autores.
Es esta utilización particular de la teoría de cuerdas como parte de la narración en lo que este ensayo se centrará. Para este fin, la información se presentará dividida en cuatro partes:
·         En la primera se realizará una explicación superficial del concepto de física cuántica, seguida de una detallada sobre el origen de la teoría de cuerdas.
·         En la segunda se asociará la teoría de cuerdas con la existencia de dimensiones paralelas.
·         Una vez clarificado el concepto de “teoría de cuerdas”, tendrá lugar la tercera parte, que contendrá el desarrollo principal del ensayo, relacionando la teoría de cuerdas con la narración y la ficción en general.
·         La cuarta explicará cuál es la situación de la teoría de cuerdas en la actualidad.
Todo con el fin de demostrar que las posibilidades ofrecidas por esta teoría son infinitas, siendo esto precisamente lo que la hace inevitablemente atractiva para muchos científicos y que implementarla en la ficción enriquezca el universo creado por el autor.

Parte I: El origen, una idea.
La llamada “teoría de cuerdas” tiene su origen en la física cuántica.
La física cuántica (a veces referida como “mecánica cuántica”) es la rama de la física que estudia el comportamiento de la materia, describiendo y explicando las propiedades de las moléculas y átomos, así como de las partículas que los constituyen y la forma en que éstas interactúan. Ésta existe con cuatro fuerzas fundamentales: la gravedad (clarificada por Albert Einstein mediante la Teoría de la Relatividad), la fuerza electromagnética, la fuerza nuclear débil, y la fuerza nuclear fuerte.
Durante años, los científicos han buscado una teoría que fuera capaz de unificar las cuatro fuerzas mencionadas: una “teoría del todo”. Uno de éstos, el científico alemán Theodor Kaluza, propuso en 1919 la hipótesis de que podían existir más de tres dimensiones en el universo.
Kaluza obtuvo su inspiración del trabajo de Albert Einstein, quien a comienzos de ese mismo siglo había descrito a la gravedad como un conjunto de deformaciones en el espacio-tiempo. Intentó, entonces, hacer lo mismo con la fuerza electromagnética, es decir, explicarla como curvas.
Llegó a la conclusión de que, para describir esta fuerza, sería necesario que existiera una dimensión espacial además de las tres que ya se conocían. No obstante, no consiguió determinar dónde se encontraría esta dimensión extra, y su hipótesis no hizo más que generar incógnitas hasta 1926, cuando un físico sueco de nombre Oscar Klein sugirió la existencia de dos tipos diferentes de dimensiones.
Según Klein, además de las tres dimensiones “grandes” y visibles, existirían otras que compartirían entre sí las características de ser imperceptibles y estar enrolladas sobre sí mismas. Pero esta idea no podía ser aplicada a la realidad con los conocimientos de la época, así que la hipótesis de Kaluza volvió a caer en el olvido durante la década de los 40’ junto con la propia búsqueda de una teoría del todo.
En 1960, el trabajo de diferentes científicos (Veneziano, Nambu, Nielsen y Susskind) indicaba que ciertas partículas compuestas por quarks (estos son también los componentes de los protones y electrones)  se comportaban como si se tratara de cuerdas vibrantes, y hacia 1974, Joel Sherck y John Henry Schwarz demostraron que esta vibración produce un gravitón, que es la partícula que según la teoría de Einstein sería responsable de la atracción de los cuerpos con masa.


Este conjunto de información no fue unificado como “teoría de cuerdas” sino hasta 1980, pero la misma siguió siendo cuestionada hasta 1995, cuando su interpretación cambió en la llamada “revolución de cuerdas” y recibió el nombre temporal de “teoría de supercuerdas” (“superstrings” en inglés), aunque se volvió al nombre original por motivos de comodidad. La teoría plantea la existencia de un total de diez dimensiones para explicar la composición de los quarks, que según esta teoría contendrían un filamento o cuerda en un estado de vibración en su interior. Las dimensiones “extra” determinarían el movimiento de estas cuerdas, que a su vez determinaría las diferentes partículas.
Evidentemente, el trayecto desde la idea de dimensiones extra hasta la definición de ésta como una teoría capaz de unificar las diferentes fuerzas fundamentales ha sido uno largo y con no pocos detractores. Incluso en la actualidad, la teoría sigue siendo motivo de polémica para los físicos, pues es todavía una posibilidad a pesar de que sigue sin ser comprobada.

Parte II: Cuerdas en una caja.
Lo que revolucionó la teoría de cuerdas fue la aplicación de la dualidad a la misma, es decir, la perspectiva. Dos fenómenos que parecen diferentes entre sí puedan conformar un tercer fenómeno dependiendo de la perspectiva con la que se los mire.
Este concepto ya había sido aplicado a las partículas durante el siglo XVIII, y en la teoría de cuerdas funcionó como una unificación de las diferentes teorías que existían como variantes de la misma, o diferentes “puntos de vista” en lo que respecta a la interpretación de un mismo fenómeno.
Irónicamente, la idea de una dualidad puede relacionarse también con una de las representaciones más comunes de la teoría de cuerdas, es decir, con la existencia de dimensiones paralelas.
Para explicarlo, el mejor ejemplo probablemente sea uno de los más conocidos: la famosa paradoja de Schrödinger.
Este experimento hipotético planteado originalmente por el físico austríaco Erwin Schrödinger consiste de un gato encerrado en una caja cerrada (de manera que no pueda verse lo que hay en su interior desde fuera) en la que hay una vasija con un gas venenoso junto a un martillo que podría romperla acoplado a un contador, además de un  dispositivo que funciona como fuente de átomos radioactivos con 50% de probabilidad de desintegrase. Si esto último llegara a suceder, el contador dispararía el martillo, rompiendo la vasija y matando al gato en el proceso.
A partir de esto, se nos plantea una pregunta: ¿el gato está vivo, o muerto?
Teniendo en cuenta que ambas situaciones posibles poseen exactamente las mismas probabilidades de tener lugar en la realidad (50%), se dice que existe una “superposición” de las dos. Simplificadamente, hasta el momento en que alguien abriera la caja y perturbara ese estado de superposición, el gato estaría “vivo y muerto al mismo tiempo”.
La física cuántica e incluso la filosofía han interpretado la conclusión del experimento de diferentes maneras. Una de estas interpretaciones, formulada por el físico estadounidense Hugh Everett, es llamada “interpretación de los muchos-mundos” (“The many-worlds interpretation”), y lo que plantea es, precisamente, una dualidad de perspectivas: el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, pero en diferentes ramas del universo (dimensiones) que no pueden interactuar entre sí, pues se trata de dos posibilidades contradictorias.
Cabe mencionar que fue Hugh Everett fue el primero en formular esta interpretación, en 1957. El mismo afirmaba que “La interpretación de los muchos-mundos es la única propuesta capaz de explicar tanto los contenidos de la mecánica cuántica como la apariencia del mundo de forma completamente coherente”.
La interpretación de los muchos-mundos se relaciona directamente con la teoría de cuerdas, ya que indica una multitud de probabilidades casi infinita, ya no hablando sólo del caso particular del gato de Schrödinger, sino con cualquier tipo de situación en las que existan diferentes posibilidades que tengan la capacidad de manifestarse como realidades.
Estas posibilidades existirían gracias a las diferentes vibraciones u oscilaciones de las cuerdas que componen la materia, que podrían realizar combinaciones y variaciones de su “ritmo” igual de incalculables.
La teoría de cuerdas también puede relacionarse con otra paradoja: la “paradoja de información” formulada por Stephen Hawking en 1974. Ésta sugiere que la información puede desaparecer en los agujeros negros, contrariando al principio de “la materia no se crea ni se destruye, se transforma”, pero, ¿qué es exactamente lo que sucede con esta información?
Según la teoría mencionada, estos agujeros negros, por su definición, “lugares donde la gravedad es tan intensa que la velocidad para escapar de ella es mayor que la velocidad de la luz”, podrían funcionar para comunicar dimensiones diferentes. La información desaparecida en el interior del agujero negro no estaría “perdida”, sino que se encontraría en una fracción del universo totalmente diferente.
Éste es otro de los motivos por los que la teoría de cuerdas se encuentra todavía en consideración. De ser comprobada, sería capaz de explicar fenómenos que la física aún no ha logrado descifrar. Incluso podríamos decir que sería capaz de explicar el universo en su totalidad, al relacionar las cuatro fuerzas fundamentales y unificar la relatividad y la mecánica cuántica de forma definitiva.
Ahora que la teoría ha sido explicada y se han planteado las bases para la existencia de “otras dimensiones” como un concepto, se procederá a desarrollarla como un elemento narrativo, particularmente en la literatura, pero sin limitarse exclusivamente a este medio.


Parte III: Dimensiones de posibilidades.
Se define al término “spin-off” (“escindir”) como: “subproducto o resultado incidental de un proyecto mayor”. Se utiliza principalmente en el ámbito de negocios, pero en los últimos años y, particularmente, con el desarrollo de la tecnología, ha visto su significado vulgarizado y aplicado en otras áreas.
Entre estas áreas, se destaca particularmente la de la ficción, que puede ir desde películas, pasando por novelas u otros textos literarios e incluso los videojuegos.
 ¿Qué es, entonces, un spin-off?
En el ámbito en el que nos centraremos, se considera spin-off a toda historia que tenga relación con una “historia principal” sin ser especialmente relevante para el desarrollo del hilo argumental de la misma. Casi como si se tratara de una ficción totalmente diferente, pero (aunque no siempre es el caso), siendo todavía limitada por las bases planteadas en el relato o serie de relatos a los que está ligada.
Es, no obstante, una denominación bastante ambigua o incluso heterogénea, ya que puede abarcar tanto la misma epopeya pero enfocada en las acciones de un personaje que tiene una función más bien secundaria en la obra principal (en cuyo caso, la considerada “obra principal” sería la primera en ser publicada); como relatos que podrían funcionar como secuelas, pero su veracidad dentro de la línea temporal es parcialmente negada debido a que el autor de éstos y el de la obra original no son los mismos; e incluso historias que presentan a los mismos personajes pero tienen lugar en dimensiones totalmente diferentes, lo cual puede ser directamente mencionado como un “giro argumental” o ser meramente una insinuación que el espectador entiende como única explicación a esta contradicción.
  Ahora bien, aunque pocos autores se han atrevido a hacer la teoría de universos múltiples resultante de la teoría de cuerdas el eje central de su obra, muchos la han mencionado de forma indirecta como la causante del nudo de ésta.
Stephen King, por ejemplo, en su conjunto de historias cortas titulado “La Niebla” (1981), presenta una narración (la misma que da nombre a la colección), cuyo principal conflicto es posiblemente un resultado de un “choque” o superposición de diferentes dimensiones.
Claro está, “La Niebla” es una novela corta cuyo principal atractivo es el terror psicológico, así que no explica con demasiado detalle su argumento y tiene un final bastante insatisfactorio, pero todavía existen menciones destacables dentro de la misma.
En su historia, de forma muy resumida, un grupo de personas termina encerrada en un lugar porque afuera hay una niebla densa que impide ver incluso la luz del sol, y dentro de ella hay criaturas peligrosas de apariencia totalmente diferente a cualquier cosa que habite nuestro mundo.
Unas palabras clave para entender el argumento de esta obra probablemente sean “Proyecto Punta de Flecha”, pues aunque la historia no hace hincapié en ellas, se insinúa de forma bastante perceptible que este proyecto (conocido sólo de nombre por la mayoría de habitantes) se trata de un “experimento” que no fue como era esperado, resultando en la apertura de algo “que no debería haber sido abierto” y el consecuente ingreso de las criatura del otro lado de esa apertura a nuestra dimensión. Efectivamente, se habla de un portal dimensional que ha sido abierto por accidente y que trae consecuencias desastrosas para “nuestra” dimensión, al forzar a los personajes a enfrentarse a situaciones para las que no están preparados por la simple razón de que no deberían tener lugar en su dimensión.
Éste sería un ejemplo de  la implementación de la teoría de cuerdas de forma directa en la narración como parte vital del argumento, pero no es la única forma en la que esto puede realizarse.
Volviendo a los ya mencionados spin-off, éstos pueden actuar como una aplicación “indirecta” de la teoría de cuerdas en la narración. Indirecta porque la aplicación no siempre tiene lugar dentro de la propia historia o está implementada como una ley fundamental para el funcionamiento del universo ficticio planteado por el autor, sino que es lo que relaciona ambas obras y permite que las dos existan al mismo tiempo sin ser tachadas de incongruencias narrativas.
Con esto último me refiero a casos pocos comunes, mas no inexistentes, en los cuales el autor se ve forzado a remover una de sus creaciones de la línea temporal de una serie de obras posteriormente a haberla concluido, debido a que presenta hechos que se contradicen con uno o varios de los más importantes del hilo argumental conformado por sus otras creaciones.  
Esto puede darse también cuando una de las obras se considera de calidad “inferior” al resto de trabajos del autor y se teme que la imagen de la serie se vea dañada, así que ésta es degradada de parte de la historia principal a spin-off incluso si las incongruencias que presenta son leves o inexistentes, algo relativamente común en la industria de los videojuegos, donde sagas con decenas de entradas que no necesariamente se relacionan entre sí plantean otra de ellas como “spin-off” a pesar de no presentar características diferentes al resto por una cuestión de imagen. La saga Tales of, por ejemplo, hizo esto con uno de sus títulos: “Tales of the Tempest” (2006), que por problemas en la organización del proyecto fue publicado incompleto en todos los aspectos posibles (nada más hay que mencionar su duración: 8 horas de historia, comparada a las más de 50 horas que el resto de títulos de la saga posee).
De esta forma, para aplicar la teoría de cuerdas a la ficción no es  completamente necesario conocer o entender la teoría en cuestión. Por defecto se considera a un spin-off una “historia alternativa” y se le permite tener todas las incongruencias con la historia principal que el autor decida, porque, como su nombre lo indica, está separada de la misma. Salvo en casos particulares como que la propia historia se comporte de manera consciente del hecho de formar parte de una dimensión diferente, los relatos de esta naturaleza generalmente no tienen un peso o importancia en la serie de la que derivan y, aunque muchas veces recomendables, son totalmente opcionales si lo que se pretende es entender el hilo argumental original. No obstante, el caso contrario es muy raro, pues dado que suelen contener referencias a éste, lo habitual es que sea necesario estar familiarizado con la serie principal para poder entender el spin-off en su totalidad.
Existen series que basan la mayoría de su existencia como tales en ser un conjunto de varios spin-off, razón por la cual llamarlas “sagas” sería inexacto, puesto que la mayoría de sus entradas no se relacionan directamente entre sí y, en algunos casos, incluso reconocen formar parte de un universo dividido en dimensiones resultantes de cambios mínimos o relevantes en la historia de una obra que, por ser la primera en publicarse, es considerada la original incluso si no es la más popular dentro de su serie.
Cabe mencionar que el hecho de que la de la primera entrada sea considerada la línea temporal principal se debe a que ésta es la que plantea las bases que suelen seguir los distintos episodios posteriores a ésta. En algunos casos, a medida que la serie consigue más y más de estos spin-off, decide saltearse explicaciones de conceptos inherentes al universo del que forma parte y los diferentes episodios proceden a contar sus historias sin estas explicaciones, asumiendo que el espectador ya está familiarizado con ellas. Éste es otro de los motivos por los que es recomendable conocer la serie principal antes de considerar aventurarse en las historias de dimensiones diferentes que parten de ésta.
Las series que deciden conformarse de esta forma generalmente terminan siendo confusas para aquellos que no están familiarizados con ellas. Una serie que está presenta en una variedad considerable de medios (entre los que se incluyen videojuegos, comics, novelas, películas y series de televisión), llamada generalmente “Fate”, tiene su origen en una novela visual (subgénero de videojuego japonés) publicada en 2004 con el título de “Fate/Stay Night”. Desde su publicación hasta la actualidad, la historia ha contado con multitud de spin-off que en la propia serie son conscientes de formar parte de un mismo universo y se presentan a sí mismos como resultados de decisiones diferentes, muchos de ellos escritos por diferentes autores, pero la mayoría planteando la misma temática como el eje de sus historias: una guerra por un objeto capaz de cumplir cualquier deseo.
Uno de sus spin-off más famosos en la actualidad es un videojuego para teléfonos celulares de nombre “Fate/Grand Order”, el cual está lleno de referencias a todas y cada una de las entradas que conforman la serie, presentando una variedad de personajes que llega a un par de centenas (algunos originales de este juego, otros ya presentes en entregas anteriores de la serie). Esto, sumado a su extensa variedad de títulos con relaciones muchas veces mínimas pero no inexistentes entre sí y al hecho de que las entregas más recientes buscan como audiencia a espectadores ya familiarizados con la serie, hacen que la serie Fate parezca inentendible (o incluso inaccesible) para la mayoría de personas externas a ella.
Cabe mencionar que la serie Fate es, a su vez, parte de un universo ficticio conocido como “Nasuverso” (El nombre viene de Kinoko Nasu, el autor de los títulos principales de esta franquicia), que reconoce a cada una de sus entregas como oficial y las relaciona, a pesar de que algunas de ellas no puedan tener lugar en la misma línea temporal. Se considera, entonces, que se trata de dimensiones paralelas entre sí, y la narración aprovecha este concepto para enriquecer el universo ficticio creado por el autor mediante la adición de nuevas entregas.
Lo que permite la existencia de estos conjuntos de historias que no son la misma, y sin embargo se relacionan entre sí, es la existencia de decisiones.
Una historia principal y su spin-off tendrían un punto en común, como podría ser una decisión que se le plantea a un personaje, y cada uno de los dos desarrollaría el futuro resultante de una de estas opciones. Las decisiones, al igual que el movimiento de las cuerdas, presentan variables, y es debido a esto que distintas dimensiones son posibles con probabilidades diferentes. Las diferentes dimensiones presentarán características que se contradicen entre sí, porque no se puede retroceder al punto en que tomamos la decisión para elegir una opción diferente, pero los resultados de dos opciones diferentes permanecen como “posibilidades” hasta el momento en que se convierten en realidades.
La teoría de cuerdas descarta la idea de que rechacemos una posible realidad para aceptar otra, y en cambio plantea que ambas realidades existen al mismo tiempo y ambas opciones son elegidas, pero no pueden interactuar entre sí ni pueden ser nunca una sola porque de hacerlo la realidad como la conocemos estaría llena de contradicciones. “Incongruencias” tales como las que se dan a veces en la narración, pero que, de tener lugar en nuestra vida cotidiana, significarían ver al mismo gato vivo y muerto al mismo tiempo.

Parte VI: El futuro de las cuerdas.
Como se ha mencionado a lo largo de este ensayo, la teoría de cuerdas tiene la posibilidad de convertirse en la “teoría del todo”, cosa que afirman sus adeptos. No obstante, y a pesar de ser una de las teorías de las que más se habla en la actualidad, presenta un problema que la impide concluirse como tal: aun a día de hoy, habiendo pasado casi un siglo desde la propuesta de Kaluza, nadie ha podido comprobarla.
Todas las ciencias se rigen por el método científico, según el cual, previamente a presentarse una teoría científica, ésta debe haber pasado por las etapas de observar el fenómeno, explicar como éste se presenta en la realidad, plantear una hipótesis a partir de las observaciones realizadas y demostrarla (o refutarla).
Aceptar la teoría de cuerdas como una teoría del todo, indicando que ésta es una ley fundamental, en la actualidad contradeciría al método científico, y por esto mismo permanece como una mera teoría de la forma que adoptan ciertas partículas que todavía no somos capaces de percibir.
La teoría de cuerdas no ha sido refutada, pero pensar que ese solo hecho sirve como una demostración sería anticientífico, es por esto que los físicos adeptos a ella siguen intentando comprobarla mediante la práctica. El inconveniente es que hasta el día en que sea encontrado algo capaz de demostrarla o de contradecirla, seguirá siendo solamente una posibilidad.
A esto se le suma el hecho de que la teoría siempre ha sido objeto de polémica, desde sus inicios contó con no pocos detractores, muchos de los cuales siguen considerándola incomprobable y no van a cambiar su punto de vista hasta ver una prueba factible de la misma.
Algunos teóricos jóvenes hablan de unirla con la teoría cuántica de bucles (que, superficialmente explicada, plantea que el espacio-tiempo es una red), a pesar de que éstas dos teorías se han considerado incompatibles por años, al punto de tener conferencias diferentes. Esto sería mediante la paradoja de información, dado que la teoría de cuerdas ha sido recientemente considerada como una posible solución a esta paradoja, que la teoría de bucles ha intentado explicar desde sus inicios.
Es una asociación que ha sido negada durante años debido al conflicto entre aquellos que adhieren a la teoría de bucles y los simpatizantes de la teoría de cuerdas, pero las nuevas generaciones de científicos podrían hacer el estudio de ambas como similares posible.

No obstante, esta relación entre ambas es muy reciente y también podría complicar incluso más la teoría de cuerdas, ya que uno de los argumentos de los científicos que no adhieren a la misma es, precisamente, que abarca demasiado (recordemos que la teoría de cuerdas actual es el resultado de la unión de diferentes teorías relacionadas que tuvo lugar durante la revolución de cuerdas) y esto es contraproducente para una teoría, ya que hace que sea posible interpretarla de forma conveniente para explicar cualquier fenómeno, lo cual le restaría credibilidad.
Del mismo modo en que las posibilidades de la oscilación de las cuerdas las haría capaces de formar la estructura de cualquier elemento, el futuro de la teoría de cuerdas también presenta muchas posibilidades.
¿Será alguien capaz de comprobarla y será finalmente reconocida como la teoría del todo? ¿Será refutada y perderá adeptos hasta ser considerada completamente inverosímil? ¿Servirá como base para otra teoría más prometedora?
A partir de la situación actual, podemos determinar que la incertidumbre no se resolverá hasta dentro de bastante tiempo, pero algún día llegará a su conclusión. ¿La realidad que nos tocará ver será una donde la teoría de cuerdas es comprobada?

Conclusiones:
La teoría de cuerdas empieza como una idea ambiciosa. Incluso antes de conformarse como una teoría, vio sus orígenes en una hipótesis que no recibió muy buenas críticas, y cuyo objetivo era algo de tanta magnitud como unir las fuerzas fundamentales en una sola teoría.
Muchos científicos a lo largo de la historia han hecho aportes que sirvieron para darle más fundamento y, para bien o para mal, complejizarla. De una idea que, aunque inverosímil, sonaba sencilla, pudo ser desarrollada una teoría que sin haber sido comprobada sigue teniendo adeptos y simpatizantes a día de hoy, mientras se busca poder finalmente demostrarla para poder unir la física cuántica y la relatividad general.
A pesar de que la polémica que se genera en torno a ella hace que sea muy comentada en los ámbitos científicos, pocas personas ajenas a éstos saben de ella, razón por la cual la teoría de universos múltiples que deriva de ella no es tan utilizada en la ficción como podrían ser, por ejemplo, los viajes en el tiempo.
De cierta forma, podríamos decir que está presente en nuestro subconsciente, o al menos, es reconocida como la forma más efectiva de unir dos contradicciones, lo cual es visto particularmente en la existencia de derivados y piezas de ficción relacionadas sin necesariamente presentar la misma historia, porque incluso aunque la imaginación sea ilimitada, la ficción, para tener sentido, debe presentar reglas.
La teoría de cuerdas, con sus posibilidades, sería particularmente llamativa para cualquier autor que se interese por la relación entre sus obras. Como se ha detallado en el desarrollo del ensayo, su implementación como elemento narrativo da lugar a universos ficticios complejos y casi ilimitados, por lo cual es hasta sorprendente que no sea tan conocida en el ámbito literario.
 Lo que este ensayo pretende concluir es que la teoría de cuerdas podría relacionarse a la literatura y enriquecerla, dándole al autor más libertad y permitiéndole explorar y desarrollar su universo ficticio sin necesidad de extender la historia principal hasta volverla repetitiva. Ya se ha comprobado mediante la práctica que la ciencia y la ficción no son incompatibles entre sí, por lo cual explicar conceptos científicos que puedan relacionarse a la literatura al enseñarla no es contradictorio.
Incluso si en un futuro es refutada, el concepto de la teoría de cuerdas debería ser implementado a la literatura.
Bibliografía:
Referencias web:
-Centro de Investigaciones de Astronomía "Francisco J. Duarte"
Visto por última vez: 2/11
-Complex Systems Department
Visto por última vez: 30/10
-Cultura Científica
Visto por última vez: 2/11
-Instituto de Ciencias Naturales UNAM
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-Mit Kalvi Institute
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